Todavía me acuerdo de aquellas mañanas frías y de aquel sitio que siempre permanecerá en mis recuerdos.
Pasado el tiempo acabe en una ciudad provinciana haciendo de todo un poco y saliendo adelante como podía.
Asi que tras diversos trabajos de toda índole acabe haciendo fotos para empresas buscando falsas bajas e investigando impactos de automóvil para las aseguradoras. Trabajos muy mal pagados y con ciertos peligros.
Un día por la mañana recibí insistentes llamadas y como estaba en las últimas tuve que responder con cierta prisa y con parte de mi habitual desagrado.
Cuando llegue me impactaron dos cosas sobremanera: La sordidez del caso a investigar y aquella mujer tan segura y resolutiva, además de atractiva como pocas y peligrosa a simple vista.